Las dos Marías, las dos en punto o Maruxa y Coralia, las puedes haber oído nombrar de todas estas formas. Sea como fuere aquí te presentamos la historia de éstas dos hermanas de sobra conocidas en Santiago de Compostela.
Para conocer la historia de las dos Marías, primero debemos presentároslas como es debido. Las podéis encontrar en el parque de la Alameda, cogidas del brazo y con sus peculiares vestimentas de colores, Coralia con paraguas al brazo y Maruxa con el brazo extendido.
Mucha gente pasa por esa estatua a diario y se hace fotos con ellas, incluso la foto graciosa de turno, pero no todo el mundo conoce la historia agridulce que tienen detrás.
Situamos el contexto en la primera mitad del siglo XX, porque aunque a estas alturas resulte obvio decirlo, las dos marías fueron personas reales de carne y hueso que vivieron toda su vida en Santiago de Compostela durante el siglo XX.
Para no extendernos mucho, las hermanas, provenientes de una familia obrera (su madre era costurera y su padre zapatero), con trece hijos eran en su juventud alegres, trabajadoras y gustaban de vestir con colores acordes a su caracter y maquilladas.
Sus hermanos estaban relacionados en la juventud con movimientos anarquistas y cuando estalló la guerra y se instaló el régimen franquista, algunos de ellos huyeron y otros fueron encarcelados. Las dos hermanas, junto con el resto de la familia sufrieron represiones y se cuenta también que torturas y violaciones, aunque este punto no está demostrado, para lograr descubrir el paradero de sus hermanos.
Durante esos años, la gente de Santiago por miedo a que se las relacionase con ellas, dejó de enviar trabajo a su taller, y la familia llegó incluso a pasar hambre.
Años después, durante la década de los 60 o 70, algunos ciudadanos compostelanos las ayudaban dejando pagada sobre todo comida en las tiendas de la ciudad, que se la presentaban a las hermanas como promociones, ya que ellas no aceptaban la caridad directa.
Se dice que ya en la edad adulta, cuando ya vivían solas las hermanas, se volvieron locas. Esta locura sólo significa que desarrollaron un mecanismo para evadirse de toda la vida de penuria, pobreza y degradación que habían vivido.
Salían a las dos en punto (de ahí uno de sus apodos) a pasear vestidas con sus colores alegres y muy maquilladas. Les gustaba coquetear, sobre todo a Maruxa, con los estudiantes que a esas horas salían de la universidad para ir a comer. Maruxa, la más bajita pero más mayor en edad era la más descarada, sin embargo Coralia, 14 años menor que su hermana era mucho más tímida.
Maruxa murió en Santiago en 1980 y su hermana se mudó entonces a A Coruña a vivir con otra de sus hermanas donde también falleció dos años después. Dicen que Coralia vivió esos últimos años siempre con la vista puesta en la vuelta a su Santiago natal.
La escultura las representa en actitud realista ya que está creada a partir de una fotografía publicada en la época.
Hacerte una foto con las dos hermanas es prácticamente obligatorio, pero además aquí te presentamos 5 planes imprescindibles en Santiago
Y tú, ¿Conocías la historia de las hermanas?
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